De barro a porcelana

Ministerio Hombres de Fe

De barro a porcelana

Génesis 2:7

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.  RVR60

A través de todas las Sagradas Escrituras aparece mencionada la relación de Dios como nuestro hacedor, como alfarero; el barro como elemento de creación y nosotros como resultado de su soplo de vida.

El ADN de Dios

Así como el alfarero cuando está moldeando su obra, deja su huella y su ADN durante el proceso de creación también trasmite todo su amor para plasmar el deseo de perfección de su obra y le reconozcan cuando vean el resultado final.

También Dios ha dejado su amor y su ADN de perfección en nosotros su más preciada creación, pero nosotros por culpa del pecado nos hemos convertidos en vasijas imperfectas.

Rehaciendo la vasija

Cuando una vasija sale imperfecta el alfarero tiene que iniciar el proceso desde el principio.

El barro debe ser calentado y moldeado de nuevo en un fuego de altísimas temperaturas, y estrellados contra el suelo para retirar todas las burbujas de aire y empezar el proceso de moldeado de nuevo.

Así mismo tiene que hacer nuestro Dios con nosotros, tiene que pasarnos por el fuego y empezar a moldear nuestro carácter, y es un proceso bastante doloroso.

El barro en manos de Jesucristo

Juan 9:5-7

5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.

6 Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego,

7 y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo.

Jesús se vale de lo más básico, y de la tierra más vil por donde pasaba todo el mundo, y hasta animales. Escupió sobre esa tierra para hacer barro y sanar al ciego. 

Tenemos que permitir que Dios como buen alfarero nos vuelva a moldear y corrija todos los desperfectos que podamos tener como vasijas de barro y nos convierta en la más hermosa porcelana que refleje su amor, misericordia y perfección.

Que reflejemos la perfección con que el maestro nos creó.

Amado Padre,

Hoy te reconozco como mi creador, como el alfarero ha hecho una de mí una vasija de barro. 

Te pido perón si con mi pecado y desobediencia he roto esa vasija, pero con tu gran amor me has moldeado de nuevo y me has convertido en la más hermosa porcelana que ha creado tus manos.

Gracias por tratar conmigo y a pesar de lo doloroso que pueda ser el proceso me rindo para que moldees todas las veces que sea necesario.

 Gracias por todo lo que haces constantemente en mi vida, espero poder reflejar que fue creado a tu imagen y semejanza.

En el nombre de tu amado hijo Jesucristo. Amen y amen.

Oswaldo Guerrero, Ministerio Hombres de Fe.

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